Respeto

Respeto es una obra de arte creada por Séfora Camazano. Se trata de una impresión original Giglée Fine Art en lienzo 100% algodón libre de ácidos, con unas dimensiones de 201 x 200,5 cm. Realizada en el año 2023, forma parte de la colección «Retratos Femeninos: Una Mirada al Pasado«.

El lienzo captura un retrato conmovedor de dos mujeres notables: Lourdes y Rosa. Unidas en la imagen, las dos figuras emergen envueltas en elegantes vestidos blancos.

Lourdes destaca con su pamela adornada con flores y un velo que ocultan parte de su semblante. Con un brazo elevado, sostiene la pamela mientras que en la otra mano sostiene una sombrilla blanca, extendida pero apuntando hacia el suelo.

Rosa, a la derecha de la composición, lleva su cabello recogido y su rostro adopta una expresión serena. Su pamela, que la sostiene con delicadeza, también está decorada con flores. Desde su atuendo se desprende un velo largo y diáfano, que sin llegar a tocar el suelo, confiere un aire de misterio.

Ambas mujeres parecen inmersas en un escenario marino, caminando sobre la arena del fondo oceánico. El movimiento de los velos aumenta la sensación de estar sumergidas en el agua. Observando esta obra desde esta perspectiva, las sitúa en un entorno en el cual respirar es algo imposible.

Lourdes, una mujer española de 55 años, pasó por un doloroso ciclo de maltrato verbal y psicológico a manos de su esposo a lo largo de sus 32 años de matrimonio. Gracias a la exitosa carrera de su esposo y una sólida situación financiera, Lourdes abandonó su empleo para dedicarse por completo a la construcción de una familia. Durante esta unión, nacieron dos hijos. Aunque en la apariencia eran como una pareja envidiable, disfrutando de lujosos viajes y regalos, nadie era consciente de la tormentosa realidad que yacía oculta tras las puertas de su hogar.

Con resignación, Lourdes toleró múltiples abusos, sosteniendo la esperanza de que en algún punto su marido cambiaría, tal como él solía prometer tras cada acalorada discusión. El marido de Lourdes era reacio a aceptar opiniones distintas a las suyas, considerándolas como una manifestación de «falta de respeto», lo que frecuentemente desembocaba en inicios de desacuerdo.

A medida que el tiempo avanzaba, esta situación persistente erosionó su percepción, llevándola a normalizar un entorno que debería haber sido inaceptable. Sin embargo, llegó el día que los maltratos evolucionaron hacia agresiones físicas, junto con insultos y amenazas de muerte. Fue este oscuro episodio el que finalmente impulsó a Lourdes a dar el paso decisivo de buscar el divorcio.


Rosa, también española, sufrió abusos sexuales por parte de su abuelo materno desde que tenía tan solo 4 años de edad. Esta situación tan dura le provocaba pesadillas, problemas de ansiedad, somatizaciones, estrés… Lo más duro fue cuando descubrió por otros familiares que su madre, su tía y su abuela también habían sufrido los mismos abusos por parte del mismo hombre, y que su madre, conociéndole, no la protegió. La indefensión por parte de su familia fue lo más difícil de superar a nivel psicológico.

Cuando tenía 11 años, comentó los abusos por primera vez y sus padres decidieron apartar al violador de la familia. A los 19 años se armó de valor para denunciarlo, pasando por dos años de procesos judiciales muy duros.

A día de hoy, Rosa ha superado su pasado, pero fueron diez años de tratamiento donde tuvo que lidiar con sentimientos de culpa, vergüenza, trastorno de ansiedad generalizado y trastorno de estrés postraumático, por todo lo que sufrió dentro de su propia familia. De todo esto, lo único que se siente orgullosa es de haber convertido su trauma en su fortaleza. Hoy es psicóloga y trabaja con personas que han pasado por la misma situación o por otros tipos de violencia dirigida hacia la mujer.

«Respeto» fue el pilar por el que Lourdes y Rosa lucharon tenazmente, atravesando rigurosos procesos judiciales para obtenerlo. Su victoria se materializó cuando tomaron la audaz resolución de redefinir sus narrativas, convirtiéndose en un testimonio vivo de que es posible superar las heridas del pasado y construir un futuro lleno de plenitud y satisfacción.

Producción de la obra

Respeto fue inspirada en la obra Paseo a Orillas del Mar (1909), de Joaquín Sorolla.


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© Séfora Camazano